Porque la participación de las mujeres en espacios de toma de decisión añade una mirada distinta a las condiciones de vida de las mujeres y niñas que no siempre son consideradas en los debates de la vida pública del país.

Contar con espacio diversos para la negociación –compuestos por mujeres, hombres, personas indígenas, personas con discapacidad, etc.– posibilita una mayor diversidad de voces y experiencias y amplía el cúmulo de posibilidades y opiniones para resolver problemas. Es aquí donde radica la importancia de la participación política de las mujeres en nuestro país. Entre más mujeres asuman el poder, más se visibilizarán nuestras necesidades e intereses particulares: lo que implica ponerlos al centro de las negociaciones y actuar para generar un cambio en las condiciones de desigualdad y situaciones de vulnerabilidad que enfrentamos las mujeres.

Además, el derecho a participar en la toma de decisiones de la vida pública de nuestro país es un derecho humano de todas y todos. De ahí que siga siendo fundamental garantizar que todos los grupos sociales estemos presentes en las decisiones políticas de nuestro país a fin de generar condiciones de paridad en todos los ámbitos de la vida pública.

Finalmente, como dice nuestra amiga y colega Yunuel Cruz: “La diversidad en los espacios de toma de decisión es una condición que debemos buscar y honrar”. Entre más pluralidad exista en estos espacios, mayor será el diálogo y mayores serán las experiencias y reflexiones frente a múltiples situaciones que no podemos asumir como iguales para todas y todos.